El menor peso de las energías renovables durante el año pasado -hubo menos producción hidráulica y eólica- ha incrementado el efecto invernadero de la generación de electricidad en el país: las emisiones de CO2 subieron un 11%, mientras que la cantidad de residuos radiactivos de alta actividad se redujo un 5,8%.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado los primeros datos, aún preliminares, sobre el etiquetado de la electricidad y el impacto ambiental del sistema eléctrico durante el año pasado. Gracias al etiquetado, las comercializadoras que así lo desean pueden mostrar al cliente la tecnología con la que generan y ofrecer, por ejemplo, energía 100% renovable y respaldada por Garantías de Origen.
Según los datos de la CNMC, la menor participación de las energías limpias -pasaron de suministrar el 40,6% de la electricidad al 35,3%- ha permitido que las termoeléctricas de carbón y gas operen más horas -un 20,5% y un 21,1% más, respectivamente-, con el consiguiente aumento de las emisiones de CO2. La presencia de la nuclear fue ligeramente inferior -pasó del 20,3% al 20,2%- lo que redujo la generación de residuos radiactivos.